
La ficha no para de caer:
solo cuando decido escuchar a mis entrañas —mi intuición— es cuando afirmo que “me cayó la ficha”. Pero es que la ficha no para de caer… soy yo la que para de prestarle atención. Porque estar constantemente atenta a la caída es, por momentos, casi aterrador. Pero eso es solo por inseguridad, por no creer incondicionalmente en lo que siento. Bueno, ¡hablando de cosas aterradoras! Dejar de lado a la razón cuando sólo me limita —en una mente, un cuerpo— y confiar en eso que está bien dentro mío y me hace universal, ilimitada…ahí sí que hay un desafío propio de una heroína.
Publicado en redes sociales el 28 de enero de 2020.