
–Camino de Santiago portugués–
De Ponte de Lima a Rubiaes. Hoy ha sido un día compartido. La etapa que tocaba era difícil, porque había que escalar la sierra de Labruja. Decidí entonces no hacerla sola, porque tocaba “acompañarse”. Qué gran metáfora de la vida. La etapa que era “difícil” no lo fue tanto, gracias a la compañía de Sylvia, Joana y Anika, que la hicieron a veces graciosa, profunda, incluso fácil. A ellas se la dedico: a esas personas que, sin esperar nada a cambio y con el simple ánimo de “estar” te alegran el momento. ¿No se trata, todo esto, un poco de eso?
Publicado en redes sociales el 8 de julio de 2019.