–Camino de Santiago portugués–
De Barcelinhos a Ponte de Lima. Etapa larguísima, con 36 km surcando entre maizales y viñedos, en compañía de los gallos que cacarearon todo el día como si el amanecer no terminase. Y las iglesias, llamando a los feligreses. Ambos sonidos me acompañaron en un viaje intenso, pero bello. Y una pareja de portuguesas, a quienes me uní a la tarde para aligerar la carga. Es un hecho: en compañía, el camino pasa más rápido. El tema es que, a veces, está bien que vaya lento y solitario.
Publicado en redes sociales el 7 de julio de 2019.