~Cosas que reflexiono bajo el sol~
Una persona que admiro me dijo que la magia no es hacer bajar un coro de querubines del cielo (aunque podría serlo) sino aquellos actos, más grandes o pequeños, en los que alteramos el curso natural de las cosas.
Nos hacen creer que estamos atados de pies y manos, que hay poco espacio para ser agentes transformadores.
Y, sin embargo, el poder de transformación nos sale x los poros. Tanto para hacer cosas buenas como no tanto, la capacidad de transformar nuestra vida e incluso nuestro entorno a través de nuestras acciones tiene algo mágico. No está reservado para los “extraordinarios” sino para los valientes.
La resignación, la duda, y el miedo son los enemigos no declarados pero sí evidentes de nuestro poder transformador y de ser transformados.
Esta semana decidí algo pequeño pero significativo en un proceso largo que vengo viviendo. Un amigo me dijo “es un acto psicomágico, ¿lo sabes?” No lo sabía, pero lo reconocí al instante como tal. Con un pequeño acto personal, decido cambiar de manera radical algo que se estaba dando de cierta manera en mi vida. Poderoso, sí, pero también ordinario. Reivindicar lo extraordinario dentro de lo ordinario. Eso sí que tiene poder.
Publicado en redes sociales el 7 de diciembre de 2019.
Tempestades Lunares 