Chinese Wall

Muralla China 2010

Me pongo a escribir; iba a estudiar, a embarcarme en la nueva aventura que el destierro social me ha animado a seguir, pero me digo que son casi las doce, y que ya hice bastante por un día, entre teorías, y conceptos; narraciones y aprendizajes de vida que solo se manifiestan frente al tiempo que sobra por todos lados, y la mente que necesita darle un sentido a todo esto. Entonces, con Dirty Dancing de fondo (y Patrick Swayze ante todo), me encuentro frente a la pantalla de mi ordenador. En principio, esto no verá la luz; es solo para que mi mente cargada de preguntas, de cuestionamientos, encuentre consuelo en palabras que seguramente no serán lo suficientemente elocuentes para liberarme de lo que pasa por mi cabeza.

Da igual.

Estoy acostumbrada.

(Me sirvo otra copa de Ribera)

No me da miedo la cuarentena: desde que tengo memoria de ser, mi mundo interior está tan habitado que nunca me siento sola.

Pero sí que he notado, sobre todo en esta edad (más) “adulta” que tengo una tendencia a definir lo que valgo por lo que recibo de aquellas personas que me interesan. Como si me reafirmara en la manera en la que me miran. A muchos les pasa: sé que no estoy hablando de nada extravagante. Es algo sobre lo que reflexiono hace tiempo, pero siento que esta etapa de aislamiento me ayuda a ver este aspecto de mí bajo una lupa. Cuando la palabra de aceptación, de ánimo, tiene que venir, necesariamente, de mí, de aquello con lo que tengo contacto en estos días —mi reflejo— no queda más salida que la aceptación. Quiero pensar. Pero no quiero simplemente aceptar: quiero estar orgullosa de ser quien soy, de todo lo que he logrado y todo lo que me queda por hacer.

Cada año de vida que he vivido, desde los más ligeros y alegres hasta aquellos en los que pensé que me iba a morir de la tristeza, han sido un regalo. Aprendizaje. Oportunidad de entender (me) mejor, de ser mejor persona.

“Ojalá vivas en tiempos interesantes” lee un proverbio chino.

De mis maldiciones favoritas.

Vivimos tiempos interesantes. Mientras tanto, a ver si consigo hacer una buena mayonesa casera; no volverme loca con la falta de contacto humano y dejar de beber tanto café.

¿Reemplazar el café por (más) mate cuenta? 

Publicado en redes sociales el 19 de marzo de 2020.

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