–Camino de Santiago portugués–
Del Mosteiro de Vairão a Barcelinhos. Hoy fueron 28 km. Empecé el día creyendo que no iba a poder cumplir con la “etapa”: los pies duelen, tengo inflamada la zona de las clavículas donde va la tira de la mochila, no puedo girar la cabeza a la izquierda…en fin, un cuadro. Y sin embargo, llegué. Parando, conociendo gente, disfrutando el paisaje. Es un buen recordatorio, porque el dolor físico te obliga a estar presente, y en ese presente es donde realmente pasan cosas, en donde conectamos de verdad con lo que nos rodea y con las personas que aparecen. Y curiosamente, a través de ese presente, quizás físicamente un poco incómodo, aparece un disfrute distinto, menos superficial, más enraizado y, what the hell, más justificado. Hoy disfruté muchísimo de esta etapa, y daba lo mismo lo mucho que me dolían los pies en un momento. Y, by the way, la última foto es una selfie, peregrina style. Otro cuadro, pero bueno, así me paseo por los caminos xacobeos.
Publicado en redes sociales el 6 de julio de 2019.